Gran parte del suelo de
Andalucía pertenecía al fondo del mar en aquellos tiempos tan lejanos. Con el
paso lento del tiempo, muy poco a poco, emergieron las tierras sumergidas bajo
aquel mar, es decir, se fue elevando nuestro suelo y se formaron las montañas,
valles, ríos y lagunas con las formas que hoy vemos a nuestro alrededor. Así
nació Andalucía y ha resultado ser como un gran jardín de tierras muy fértiles
emergido de las aguas.
Hace dos mil setecientos años, más o menos, llegó a Gadir (Cádiz) una nave comercial. Traían telas y vasijas lujosas y se las cambiaban a los nativos por estaño, plata y cobre. Entonces había en Andalucía muchos bosques de lentiscos, alcornoques y acebuches.
Hace dos mil setecientos años, más o menos, llegó a Gadir (Cádiz) una nave comercial. Traían telas y vasijas lujosas y se las cambiaban a los nativos por estaño, plata y cobre. Entonces había en Andalucía muchos bosques de lentiscos, alcornoques y acebuches.
El acebuche es el olivo silvestre, sin
cultivar. Todavía quedan muchos en las sierras andaluzas. Los puedes distinguir
porque sus aceitunas son pequeñitas, casi todo hueso, y, además, tiene las
hojas más redondeadas que las del olivo y sus ramas son espinosas. Los comerciantes
que venían en aquel barco encontraron los acebuches.
Años después, otros comerciantes
trajeron olivos cultivados desde Fenicia (antigua región de Oriente) que fueron
plantados en Andalucía. Tuvieron tanto éxito, que ahora el olivo es el árbol
más abundante en Andalucía. Es que el olivo procede de Oriente. Es una planta
doméstica, o sea, modificada por el hombre, a partir del acebuche. Hace muchos
miles de años, algunos agricultores de Oriente empezaron a cultivar acebuches,
generación tras generación, hasta que obtuvieron el olivo, con su aceituna
carnosa y rellena de aceite. ¿Dónde ocurrió esto? Seguramente en Siria, en Irán
o en el norte de Afganistán. Desde allí, el cultivo del olivo se difundió por
el litoral mediterráneo.
Desde su cuna oriental, la planta del
olivo se extendió hacia el Oeste. Hace cuatro mil años se cultivaba ya en
Egipto y dos siglos más tarde en Grecia y sus islas. Después, los romanos
difundieron su cultivo por todo el Mediterráneo.
Algunas zonas de Andalucía producen un
aceite con características propias debidas al suelo y al clima de la zona, a la
variedad de olivo, y al cuidado que se pone en su cultivo, recogida y
molturación. El aceite de oliva es, además de un alimento exquisito, una eficaz
medicina. Es rico en ácido oleico, en vitamina E y en antioxidantes que
retrasan el envejecimiento de las células. El aceite más rico en ácido oléico
es el de la variedad picual, la más abundante en Andalucía. Además de ser
beneficioso para el corazón puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer. El
aceite de oliva retrasa el envejecimiento de los huesos, de la piel, de las
articulaciones, reduce la acidez gástrica, favorece el crecimiento de los niños
y alarga la esperanza de vida.
Andalucía
ocupa una posición estratégica entre el continente africano y europeo, el mar
mediterráneo y el océano Atlántico que unido a su peculiar orografía y
geología, ha dado lugar a una gran diversidad florística.
La mayor
parte del bosque andaluz es mediterráneo desempeñando funciones irremplazables
en el mantenimiento de la fertilidad de los suelos y en su protección contra la
erosión, en la regulación del clima y la depuración y reciclado de los
contaminantes vertidos a la atmósfera y a las aguas. Todo esto unido a la
acusada fragilidad de los ecosistemas mediterráneos ponen de manifiesto la
inminente necesidad de protección de bosques y su flora asociada. En Andalucía
la protección de espacios naturales cubre en parte esta necesidad, sin embargo,
esta medida es insuficiente y paralelamente se emprenden otras actuaciones
complementarias de protección de especies independientemente del espacio donde
se encuentren, como creación de jardines botánicos, bancos de germoplasma
vegetal, pequeñas reservas genéticas, regulación de las actividades
recolectoras e intervención en momentos críticos.
Dentro
de la Biodiversidad Andaluza destacamos:
En un sustrato rico con
vegetación abundante nos encontramos con una fauna única, con más de 400
especies de vertebrados. Su
estratégica posición entre la cuenca mediterránea, el océano Atlántico y
el estrecho de Gibraltar, hace que Andalucía sea uno de los pasos
naturales de miles de aves migratorias que viajan
entre Europa y África.
Los humedales andaluces, tienen gran cantidad de aves con la combinación de
especies de origen africano, como la focha cornuda, el calamón o el flamenco, con las aves
provenientes del norte de Europa, como los ánsares. Entre las rapaces destacan el águila imperial, el buitre leonado y
el milano.
En cuanto a los herbívoros, se dan los ciervos, gamos, corzos, muflones y la cabra montés. Entre los pequeños herbívoros destacan la liebre y el conejo.
Los
grandes carnívoros como el lobo ibérico y el lince ibérico están muy amenazados y se limitan a Doñana, Sierra Morena y
Despeñaperros. El jabalí, en cambio, se
conserva bien. Más abundantes y en distinta situación de conservación, se
hallan los carnívoros de menor tamaño, como la nutria, son más abundantes el zorro, el tejón, el turón, la comadreja, el gato montés, la gineta y el meloncillo.
Otras especies reseñables son la víbora hocicuda y
el Aphanius
baeticus o salinete andaluz, esta última
muy amenazada.
Andalucía
destaca por sus Parques Naturales, que con áreas naturales, poco
transformadas por la explotación u ocupación humana que, en razón de la
belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la
singularidad de su flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas,
poseen unos valores ecológicos, estéticos, educativos y científicos cuya
conservación merece una atención preferente. La declaración de un espacio como
Parque Natural se hace por
Decreto del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía.
BIBLIOGRAFÍA